viernes, 28 de febrero de 2014

Second Part: Anglos, Sajones, todos me tocan los... los... los...

Bueno, pues me he animado y, como continuación y fin a mi disección del pueblo inglés, he decidido hablaros un poco de su historia, así que ahí va eso...

El Reino Unido (United Kingdom) no ha estado nunca nada unido. De hecho siempre han sido un montón de patipeludos con mala fe y ojeriza entre ellos.

Arriba teníamos a los escoceses, que estaban por las Higlands, tan felices ellos, y a los irlandeses que estaban a la izquierda, en su islita aparte, pidiendo que los dejasen en paz, mientras que los bretones estaban en la parte mollar, abajo y a la derecha según se mira.

Pero los anglos y los sajones, que vivían en Alemania, decidieron que estaban cansados de saquear por allí y que se iban de crucero, que bien merecido lo tenían, así que ni corto ni perezoso se pillaron un drakkar de Costa Cruceros, una compañía que había abierto hacía poco, se montaron todos y se fueron a ver mundo. 

Tras varios días de navegación vieron una isla a lo lejos, y el capitán, un tal Franchesco Schettino, decidió acercarse para tocarle el pito a las gaviotas, con tan mala fortuna que chocó contra unos arrecifes y, pegaíto a la costa, capuzó el barco al fondo del mar.

Allá que se bajaron los anglos y los sajones y, tras castigar al Schettino con unas cachetadas en el culo y hacerle prometer que nunca volvería a hacer lo mismo, se dedicaron a visitar la isla, y como no venía nadie de la naviera a recogerlos, se quedaron.

Andaban los anglos y los sajones creando sus pueblos y sus campos pero, como eran bastantes, le pillaron cacho a los bretones y los quitaron de enmedio.  Les salió tan bien la jugada que decidieron seguir, así que empezaron a coger sitio a unos nenazas que había por allí con faldita (kilt para los lugareños) pensando que, como parecían mariposones con esa faldita plisada a colorines, no iban a atreverse a decir ni pio.

Los escoceses, hartos de que los otros les pisasen los nabos (del huerto) y los huevos (de las gallinas), se rebotaron, y un tal William Wallace (Mel para los amigos) se pintó la cara con los colores de la bandera argentina y, juntando a todas las faldas que encontró por allí (de todos es sabido que en Escocia los únicos que llevan falda son los hombres), se lió a mamporros con los anglos y los sajones.

Al principio les endiñó de lo lindo, porque resultó que los tales escoceses no llevaban ropa interior debajo del kilt y, claro, ya venían escocíos de casa por el roce (de ahí su gentilicio), así que no estaban para mucho aguantar las gilipolleces de los otros porque la mala leche la traían puesta de serie.
Les endiñaron, decía, y los otros se las vieron y desearon, pero al final consiguieron pillar al tal Wallace (Mel para los amigos), que lo distinguieron porque siempre iba mal peinado (Véase como ejemplo "Arma letal" en cualquiera de sus versiones), y lo amarraron a unos jacos percherones por los cojines. 
Endiñaron a los jacos con un látigo y, como resultado, al Wallace (Mel para los amigos) se le puso voz de pito y nunca más se atrevió a dar órdenes a los otros escoceses, porque cuando lo oían se descojonaban de él (él ya lo estaba) porque no quedaba serio, así que se metió a monja de clausura con el nombre de hermana Melissa (Meli para las amigas).

Ya parecía que estaba resuelto el tema cuando, unos años más tarde, uno de sus reyes, un tal Enrique 8 (Kikochu para los amigos), decidió que estaba hasta las narices de su respectiva, Catalina de Aragón, bastante fea, todo hay que decirlo, tanto que ningún pintor quiso nunca retratarla, ni siquiera haciéndole un "Photoshop". Total, que la parienta se le estaba poniendo añeja y quería cambiarla por una moza que había visto correteando por palacio y que "le ponía" y que se llamaba Anita y,  como le gustaba jugar con las bolas, todos le decían Anita Bolena.

Escribió al Papa explicándole su propósito, pidiendo que le "divorciase" de la Cata y lo dejase encamarse con la Anita. 
El Papa, que por aquel entonces estaba liado con sus guerras europeas y todo eso le contestó diciendo que nanai y que se aguantase, que le había tocado la Cata y que se tenía que apañar con ella, que como era española y él era muy amigo de su sobrino (mentira mentirosa, lo que pasaba era que el Carletes I lo tenía acojonaíto) no podía hacerle ese feo, no fuese que el rey de España se enfadase y tuviese que irse a cazar elefantes a África o algo así para quitarse el cabreo y lo dejase solo en la gresca con los hugonotes, con lo malotes que eran.

Kikochu fue el que se mosqueó al final, y le dijo al Papa que no le salía de las barbas seguir con aquél cayo de tía, y con la excusa de que se la habían vendido como nueva pero era de segunda mano y el Papa no lo dejaba devolverla al concesionario, se iba de la iglesia católica y se montaba por su cuenta, y que se hacía una iglesia a medida que se llamaba como él, anglicana, y que él era el mandamás de esa iglesia y se casaba cuando y con quien y las veces que quisiera.

Así lo hizo, pero es que, además, se empeñó en que todos los isleños se volviesen anglicanos. 

En esto que los irlandeses, que como dije al principio estaban tan rícamente en su islita y solo querían vivir en paz, dijeron que nones, que ellos se quedaban con el Papa de Roma, que no querían ser anglicanos porque bastante les sacaba ya una sola mujer como para tener que estar pagando pensión de manutención a todas las que dejasen por el camino.

Así fue como empezó otro de los follones entre los anglosajones (eran tan amigos que decidieron unir familias y nombre) y los irlandeses, que montaron en cólera e I.R.A. y duró la verbena hasta hace unos pocos años.

Total, que lo del United Kingdom (Reino Unido) es otra mentira cochina de las gordas, porque se han pasado toda la vida dándose de hostias entre ellos.

Termina aquí mi particular visión del pueblo anglo y sajón. Espero que os haya gustado.


MUNDO, SED FELICES. YO LO SOY, Y LO SEGUIRÉ SIENDOOOOOO

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, este blog lo leen personas mayores, no escribas guarrerías. Si quieres publicar un comentario, en el desplegable que hay junto a "COMENTAR COMO" tienes que seleccionar "Anónimo", escribes el comentario y, por último, pinchas en "Publicar"