miércoles, 12 de septiembre de 2012

Por los pelos

Hola mundo....

Esta mañana me levanté contento como una flor recién abonada porque tenía a mis niños en casa, los dos trocitos de vida que me hacen ser feliz. 

Nada podía torcerse, todo como la seda, se vistieron mis retoños (tras empujarles verbalmente a ello, claro), hicieron sus camas (tras empujarles verbalmente a ello, claro), dejaron de ver la tele y vinieron a desayunar (tras empujarles verbalmente a ello, claro)...
Y, mientras, yo me hacía mi desayuno y terminaba el de ellos.
Calenté mi medio vasito de leche en el microleches, (llamo así al microondas porque lo uso para calentar la leche), puse mi vasito bajo la cafetera y le metí caña.
Me fui a hacer mis cosas y se me olvidó decir a Huevoberto que me avisase.
De repente oigo el churruñido de la cafetera quejándose de que no tenía agua y me digo... ¡¡¡Dios mío!!!
Salgo pitando esperando encontrarme el desastre y me veo esto...



Bendita la hora en que se ha terminado el agua, porque el café se ha quedado al borde del precipicio.

Ya me diréis si esto no es SUERTE. Pero así, con mayúsculas.

MUNDOOOOO, SED FELICES Y NO DEJÉIS QUE SE OS DERRAME LA VIDA, YO LO SOY, Y LO SEGUIRÉ SIENDOOOOOOO

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