martes, 31 de enero de 2012

Fogata y fuga

Hola mundo.

Se acabó, se terminó el egocentrismo, ya está bien de escribir sobre mi y mis banalidades. No creo que lo que me ocurre sea tan importante, así que he decidido hoy hablar de mis queridísimas hermanas.

Mis hermanas podríamos determinar que son dos, a saber, la hermana número 1 y la hermana número 2. También podríamos clasificarlas como la mayor y la menor, principalmente porque una (la mayor) nació antes que otra (la menor).

Otra definición mas precisa sería por sus nombres de pila, pero para preservar su intimidad, en vez de decirlos os diré como las llamo yo (si seguís este blog de vez en cuando ya lo sabréis, pero yo lo explico para neófitos). La número 1 o mayor la llamo flower, y la número 2 o menor la llamo shosho.

La clasificación numérica no corresponde a ninguna preferencia u orden de índole personal, que yo las quiero a las dos un buevo, si no a una mera ordenación temporal.

Bueno, pues sobre mis dos sister quería contaros una cosa que pasó este finde. 

Comíamos en casa de mi mami tooooodos, es decir, yo con migo mismo y ellas con sus maridos, hijos, etc. Bueno, mi hermana shosho no se trajo a sus hijos porque arman mucho jaleo los tres y además hay que echarles de comer aparte, otro día os lo explico.

Tras una buena comida, como suele pasar en la casa de todas las madres del mundo pero de la mía mas, mi hermana número 2 dijo: queimada...

Mostré mis reticencias al principio sobre todo porque, teniendo en cuenta que yo y las bebidas espiritosas solemos mantener un prudente alejamiento roto ocasionalmente cuando la circunstancia lo requiere, si añadimos que el liquido a deglutir no va a gozar de la compañía de un par de cubitos de hielo, no es exactamente la situación que deseo para mi estómago, así que  zanjé el asunto con un lacónico "por mi no". Pero ellas nada, r que r, así que tras conseguir los ingredientes necesarios se pusieron manos a la obra (lo siento, no tengo ni idea de qué puñetas lleva una queimada, pero lo podéis ver aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Queimada)

Tras rellenar la olla de barro que mi madre suministró con lo que demonios lleve una queimada, mi hermana shosho le arrimó candela al invento... ¡¡¡Pa los pavos!!!, aquello no encendía ni a la de tres. Mira que lo intentaron, que pusieron empeño, que se obstinaron... tanto tanto tanto, que al final prendió.

¡¡¡OS-TRAS, PEDRÍN!!! cuando eso dijo a soltar llama se puso a caldo la cosa, os pego una foto para que os hagáis una idea:


Hasta ahí todo bien.

Ambas hermanas se pusieron a continuación, apoyándose en no se que satánica lectura que obtenían del móvil de shosho, mezcla evidente de tradición y tecnología, a rezar (es un decir) una extraña letanía en lo que se supone que era galego profundo y que yo entendí mas bien como caló barriobajero.

En un momento dado, del cacillo que en la foto se aprecia y que mi hermana shosho se empeñaba en sacar y meter haciendo chorrerar el prendido líquido, cayó una porción fuera, lo que provocó cierta histeria colectiva acompañada del consiguiente peligro de incendio, pero controlaron la situación con un deje de aplomo mas poético que efectivo. Apocaron la llama y ahí quedó la cosa.

Nada, ya estaba, ratito de prendimiento, rezo a las meigas y ahora a apagar eso...

¡¡¡Cojones apagar!!!. Ahí estaban mis dos sister, mi cuñaooooo, y todo el que lo quiso intentar, bufando como caballos viejos encarando empinada cuesta y aquello no se apagaba ni a la de tres.

Tras unos minutillos de soplidos y resoplidos, alguien tuvo la feliz idea de ponerle la tapa a la olla, lo que hizo que, por arte de magia y sobre todo por consumo del oxígeno que alimentaba ese infierno, se apagase el fuego (con feliz tranquilidad para mí, he de decir).

Nada, escanciado general, es decir, dos vasicos y medio EN TOTAL, para los que lo quisieron probar, mensajes de aceptación, aprobación e incluso admiración (no por mi parte, desde luego) y, tras los mencionados dos vasicos, ahí se quedó el resto del jollón requemao ese, haciéndonos compañía el resto de tarde, como si fuese una urna con las cenizas de algún conocido difunto. Ni un alma tuvo cojones a pegarle mas de un trago al mejunje resultante.

Entiendo que el continente de la queimada sería aprovechado posteriormente por mi madre, pero del contenido no se mas, aunque presumo que iría finalmente a desatascar las cañerías de desagüe de la casa de mi mami.

Nada mas, así termino una entrañable tarde en familia.


MUNDOOOOOO, SED FELICES, ENGA, A LEVANTAR ESPAÑA, QUE LO NECESITAMOS.

4 comentarios:

  1. Ains neng, que a mi nene no le gusta el alcohol requemao! bueno la próxima semana nos metemos con los mojitos y punto pelota, Aunque como venga la ola de frio siberiano que anuncian, me parece que otra vez volveremos a la queimada, ohhh quien sabe si a un triste anisete del mono, que tambien calienta lo suyo.

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  2. Flower, ¿y si probásemos a darnos de ostias? Nos calentaríamos lo mismo, haríamos ejercicio y encima nos quedaría una paz espiritual necesaria en los tiempos que corre ¿no crees?

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  3. Desde luego, que poco se aprecian en esta familia mis dotes culinarias que (como tu dirias) son exactamente tres, a saber: cocktails varios, sangrias y queimadas. Ya me vendreis a buscar ya, pal proximo sarao vuelta al anis del mono!
    Fdo: Hermana numero 2

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  4. En San Juan hago ese brebaje...y me suele salir bien.
    Pero ya se sabe, si la ocasión la pintan calva...no sale y no sale!
    Pasa en las mejores familias.

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