viernes, 3 de febrero de 2012

Con el pie izquierdo

Hola mundo.

¿os habéis levantado alguna vez con el pié izquierdo?
¿habéis empezado un día de esos en que, a los diez minutos de despertar, habríais deseado dormiros otra vez?

Pues eso... ese ha sido me despertar.

Veréis, primero por el despertar en sí. Ha sido un despertar acuciante, no ha sido mi cerebro relajado y tranquilo tras una noche de sueño reposado quien me ha llamado del lado de Morfeo, ha sido mi vejiga rellena la que ha dicho que, para preservar la higiene de las sábanas, sería conveniente que desplazase mi humanidad hasta el aseo para vaciarla.

Por si no lo habéis notado, esta mañana los grajos volaban bajo, signo inequívoco de que hacía un frío del carajo, y me he visto en el terrible aprieto de decidir: ¿me levanto helado de fío, hago mi pis lo más rápido posible y vuelvo corriendo sabiendo que no voy a poder dormir ya? o por el contrario, aguanto reventando de ganas en la cama hasta que, a las siete y cuarto, arranque mi pequeño calefactor del baño accionado por el temporizador que automatiza su funcionamiento, y tras esperar un minutito voy ya con cierto calor ambiental en el baño y hago lo mío...

Bueno, pues aunque estaba hecho un pajarito en la cama, señal evidente de la falta de compañía de alguna manta mas, he optado por la segunda opción. He apagado mi despertador cuando ha sonado, lo he dejado sus buenos diez minutos para que sonase otra vez y dejar así que el calefactor cumpliese su función, y he salido en rápida carrera hacia el baño acuciado por la situación ya comentada.

El pis bien, todo dentro a pesar de las circunstancias, pero ¿quién ha sido el capullo que dejó el temporizador en posición OFF en vez de en AUTO?
Estaba el baño mas helado que la nevera de un esquimal. Si ya llevaba frío yo en el cuerpo pues nada, dos tazas.
Total, tras activar el temporizador y ponerle a la estufa los DOS MIL VATIOS  de potencia (a tomar por culo el ahorro), ha pasado un poquito y ya se notaba cierto bienestar ambiental....

Prosigamos pues... a la ducha...

Abro mi grifo del agua caliente, dejo la alcachofa en el suelo rezando a la virgen para que no se gire y lo empape todo, me desnudo, compruebo el agua de la ducha... sale fría aún, me subo a mi peso... 78 kg, lo normal, un poco de más, pero está bien..., bajo de mi peso, compruebo el agua de la ducha... sale fría todavía. 
Me doy una vuelta por el baño de dos metros cuadrados, compruebo el agua de la ducha y sigue saliendo fría; supongo que como la vuelta ha sido cortita no ha tenido tiempo de calentarse, así que me vuelvo a dar otra vuelta por el baño, pruebo el agua... fría....
¿No sera...? No, no puede ser, el día mas frío de todo el invierno no puede ser. No sería justo ¿verdad?

Ostras, que lleva ya saliendo agua un rato y sigue igual de fría....

¡¡¡Mierda!!!, me he vuelto a empijamar, he desplazado mi helado ser hasta la galería y, efectivamente, otra puñetera botella de butano vacía....
Na, uno aprende de sus errores, así que no he tocado el calentador, he cambiado la botella de   butano por la de la cocina, he encendido el calentador y, congelado, he vuelto al baño que, al menos, seguía caliente.

Finalmente me he duchado en condiciones.

Cuando estaba ya vestido he vuelto a la cocina para desayunar y he aprovechado para echarle una bronca al puñetero calentador (¿he dicho alguna vez que QUIERO UN CALENTADOR ELÉCTRICO?) y, encima, aún me dice el jodío que lo que tenía era que estarle agradecido por no haber acabado el butano a mitad de ducharme. ¿tendrá cara el tío?


MUNDOOOOOO SED FELICES, CON GRAJO O SIN GRAJO, PERO SED FELICES, YO LO SOYYYYYYYY

2 comentarios:

  1. ¿has pensado en cambiarte el nombre por el de Murphy?
    Nunca falla, siempre se cumple.

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  2. Hola "anónim@" lector/a, de hecho creo que el tal murphy es una rama lejana de mi familia. Si no ya me explicarás.

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