lunes, 27 de agosto de 2012

Las jollas de la corona

Hola mundo, aquí estamos otra vez.

Hoy os quiero contar que, la penuria de mi pecunio, no me hace renunciar a los pequeños placeres que la vida da. 

Veréis, cuando me tuve que ir de la que fue mi casa, quedaron en ella todas las jollas que tenía, no me pude llevar ninguna, y me dolía ya que, aunque diga la señora juez que le corresponden a tu ex, no dejan de haber sido pagadas con la mitad de tu dinero, así que sentía su pérdida porque, últimamente sobre todo, las he necesitado y, por tanto, echado en falta.

Pues lo dicho, como no tenía jollas y no quería renunciar a ellas he decidido que, a pesar de mi condición de pobre sobrevenido, me iba a dar ese pequeño lujo. 

Tras buscar por diferentes jollerías no encontraba ningunas que se adaptasen a mi escaso presupuesto, así que ha sido un lento y penoso peregrinar hasta que, por fin, cuando ya me daba casi por vencido, he encontrado lo que necesitaba y ha sido, ¡¡¡como no!!!, en Don Ikea. 
Pasé esta mañana por allí a apañar unos papeles que necesitaba para otra cuestión y, tras darme una vueltita por los bajos del almacén, allí estaban, en oferta. Las acabo de lavar y en cuanto se sequen las uso; os pongo una foto:




Vosotros veréis, una j'olla y dos cazos por nueve euros... si no es un chollo que me lo digan a la cara. Peazo macarrones me voy a hacer hoy para comer.

MUNDOOOOOOO, BUSCAD LA FELICIDAD QUE NECESITÁIS Y NO OS DEIS POR VENCIDOS. YO SOY FELIZ, Y LO SEGUIRÉ SIENDOOOOOOOOOOOOO

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