viernes, 17 de agosto de 2012

Recuerdos a todos

Hola mundo...


A los siguientes integrantes de la raza humana:

Al abuelo que, con su bicicleta y la caja cargada de alfalfa detrás, va por en medio de la carretera.
A ese grupo de aficionados a la bicicleta que se adelantan unos a otros pero no dejan que los adelante nadie mas.
A esos dos gitanillos que, con sus bicicletas sin frenos, sin sillín y con una rueda sin cubierta, aprovechan para hacer carreras por la carretera a mi paso.
Al peatón que espera a que se ponga su monigote del semáforo rojo para cruzar.
A la abuela que, a mitad de cruzar el paso de peatones, vuelve a por el nieto que se quedó mirando una mosca en la acera.
A la ímproba madre de familia que para en mitad del paso de peatones para descansar los brazos de los dos bolsones de comida que acarrea.
Al señor del tractor con su depósito de agua detrás.
Al señor del tractor que, tras arar, va llenando de pellas de barro mi coche limpio del día anterior.
A la señora del pueblo que, como no pudo estudiar, no se ha sacado el carnet de conducir y se ha comprado un huevocoche de esos que no necesitas carnet.
Al buen pastor que gusta de pasear su rebaño ovejil por las vías pecuarias que atraviesan las carreteras.
Al camionero que, a ciento dos kilómetros por hora, adelanta por la autovía a su colega que solo va a noventa y nueve kilómetros por hora.
A ese abuelo que, con ochenta y tres años, se empeña en seguir conduciendo su Opel Corsa (de los que tenían culo).
Al señor inmigrante africano que, por temor a que se le desmonte el coche, va despacito.
A la madre que, para que sus hijos no se cansen andando, aparca en triple fila en la puerta del colegio.
Al cliente de Carrefour que, de los veintisiete artículos del montón, ha cogido precisamente el único que no lleva código de barras pegado.
A la cajera de Carrefour que se empeña en pasar el código de barras arrugado pegado a la bolsa de fruta.
A la cajera de Carrefour que insiste en que esa tarjeta vieja, ajada y casi ilegible, tiene que pasar por el tarjetero "por cojones"
Al cliente que, aunque tiene en la cartera cuatro tarjetas mas, insiste en que la cajera pase la tarjeta vieja, ajada y casi ilegible.
A la clienta de la farmacia que cuando ya ha pagado, tiene los medicamentos en su bolsa y se va a ir, vuelve y pregunta por una crema para las hemorroides.
A la clienta de la frutería que paga veintitrés euros en fruta con monedas de uno, dos, cinco, diez y veinte céntimos.
Al probo funcionario que, tras una hora de cola y cuando ya me toca, lo llama al móvil su mujer para convenir lo que va a hacer de comer.
Al abuelo que, tras cuarenta y dos minutos, sale de la consulta del médico con dos talonarios y medio de recetas.
Al cliente de la gasolinera, con su coche parado en el depósito que necesito, que aprovecha para lavarse las manos sucias de gasoil, pagar con tarjeta, mear, lavarse las manos otra vez y, cuando ya se va, comprar una botella de agua.
Al señor del coche de delante que, aunque el semáforo se ha puesto verde, no arranca porque el moco es mas listo que él y no se deja pillar.

A todas estas y otras muchas entrañables gentes, GRACIAS POR PARAR UN POCO MI FRENÉTICA VIDA. GRACIAS POR HACER QUE LA TRANQUILIDAD Y EL REPOSO ANIDEN EN MI.

MUNDOOOOOO, AUNQUE OS FRENE LA VIDA NO DESISTÁIS, EMPUJAD, QUE LA FELICIDAD ESTÁ AHÍ DELANTE... YO SOY FELIZ, Y LO SEGUIRÉ SIENDOOOOOO


1 comentario:

  1. Neng, a mi no me has nombrado pero cojo un poco de todas las caracteristicas que has descrito, y te doy las DE NADAS.

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